PASATIEMPOS

 LEER

Leer favorece la concentración y la empatía. Alimenta la imaginación, modifica (para bien) el cerebro, nos hace progresar y nos prepara para el éxito: ¡larga vida a los libros! Dicen que a la lectura sólo hay que dedicarle los ratos perdidos, que se pierde vida mientras se lee. Salazar (2006) define el hábito de lectura como un comportamiento estructurado intencional que hace que la persona lea frecuentemente por motivación personal, lo cual le crea satisfacción, sensación de logro, placer y entretenimiento. Desarrollar un hábito es un acto voluntario que a través de la repetición y motivación se puede lograr. Es importante que sea un proceso sistemático durante un tiempo prolongado hasta que se adquiere. Se hace más fácil desarrollarlo cuando es la misma persona quien está trabajando por ello y su complejidad aumenta cuando son diferentes personas quienes desean crearle el hábito a otra persona, sobre todo si esta no lo desea o no muestra interés. El ambiente que rodea a la persona es indispensable para este desarrollo de hábitos y todas las esferas que se encuentran alrededor de la persona: su hogar, su lugar de trabajo o estudio, el material que posee, las actividades que realiza y por supuesto, la persona en sí. Desarrollar el hábito de lectura es la misma tarea que se realiza al desarrollar cualquier hábito.


 




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